Recuerdo que un ritual común entre los profesores de los primeros semestres de la LAGPPL era pedir que cada estudiante se levantara de su lugar, dijera su nombre, de qué escuela venía y por qué se interesó en estudiar dicha carrera.
Entre las respuestas había quienes sin pudor admitían que la eligieron por el hecho de que era la que menos puntos pedía, mientras que otros tenían planeado avanzar el tronco común y tramitar la permuta a otras licenciaturas.
Los menos, éramos quienes románticamente pensábamos en cambiar desde adentro al gobierno y mejorar la administración pública; esa solía ser mi respuesta. En la sesión de bienvenida, le pregunté al entonces coordinador de la carrera: ¿es necesario formar parte de algún partido político para encontrar empleo en la administración pública?
Su respuesta fue que “no necesariamente” y mencionó varios ejemplos de cómo se podía aspirar a un puesto en el gobierno, entre los que destacaba el servicio profesional de carrera. Años más tarde, un profesor hizo una interesante reflexión y una crítica al estudiantado de la carrera.
Él sostenía que los alumnos estaban más interesados en ocupar cargos de representación popular antes de hacer bien su trabajo en la administración pública; nos explicó la diferencia entre una y otra: “una cosa es crear un programa público y gestionarlo bien, obteniendo buenos resultados; y otra cosa es hacer política y ganar votos”.
Sin embargo, desde mi punto de vista, el aspecto más preocupante es el hecho de que NO todos los egresados se posicionan o fundamentan desde su área de especialización que es el de las políticas públicas.
He leído algunos de los artículos de este blog, y parecen más preocupados en el análisis económico o político del país, que en la selección de alternativas para hacerle frente a los distintos problemas públicos que nos aquejan.
Es
cierto que el propio análisis para las políticas públicas exige contemplar los
ámbitos económico y político; sin embargo, un Policy Maker no debería limitar
su interpretación de la realidad en esos dos aspectos.
Urge elevar la discusión del debate con base en una ventaja que tenemos ante los economistas y los politólogos, que de hecho es una combinación de ambas. Es necesario discutir si las distintas alternativas a nivel nacional y sub-nacional para resolver los problemas públicos son las adecuadas o existen mejores opciones. Es preciso discutir si el enfoque de las distintas acciones de gobierno contiene los elementos básicos de una política pública.
Será
en la medida en que los egresados y estudiantes de esta Licenciatura pongan en
práctica todos los conocimientos adquiridos en la carrera que podremos mejorar
el sector público y contribuir al desarrollo social y económico del país.
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