Michel Alejandro Nuño Aldrete
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los sistemas de salud deben proporcionar acceso a servicios sanitarios necesarios, incluida la prevención, promoción, tratamiento, rehabilitación de calidad y garantizar que el uso de estos servicios no exponga a las personas a dificultades financieras.
Con la llegada del COVID-19, se expuso los problemas sociales y las diferencias que hay en México. Esta pandemia nos ha mostrado crudamente las desigualdades que existen entre los diferentes sectores de nuestra sociedad, las cuales no solo afectan a los más pobres, sino que agudiza las condiciones de desigualdad en todos los mexicanos. La pandemia ha impactado aún más por las carencias económicas y sociales, producto de un modelo económico que solo favorece a un sector de la población, que ha generado una mayor desigualdad.
Según ONU, “Se espera
que el PIB se contraiga este año un 9.1%, siendo la mayor recesión económica en
100 años. Como consecuencia, se prevé que 45 millones de personas caigan este
año en la pobreza”…
Asimismo, la pobreza afecta de forma desproporcionada a los indígenas debido a que es más probable que enfermen y mueran las y los trabajadores de escasos recursos en las zonas marginadas por COVID-19 según la Secretaria de Salud[1]
De acuerdo con el Artículo 4 de la Constitución Política de
México, la protección de la salud es un derecho de todas y todos los mexicanos,
sin embargo, no se ejercen de manera efectiva este derecho, debido a que el
sistema mexicano de salud ofrece beneficios diferentes dependiendo de la
población de que se trate. En México existen tres grupos de beneficiarios de
las instituciones de salud:
1. Los trabajadores asalariados.
2. Los autoempleados, trabajadores del sector informal y
desempleados.
3. La población con capacidad de pago.
Aunado a lo anterior, hay aproximadamente 23,858 unidades de
salud (sin considerar a los consultorios del sector privado); 4 354 son
hospitales y el resto unidades de atención ambulatoria. Del total de hospitales, solo 27% son
públicos y 73% privados. Del total de hospitales públicos, 61% atienden a la
población sin seguridad social y el resto a la población con seguridad social,
con esto nos damos cuenta que el derecho a la salud es considerado un
privilegio y solo algunos pueden acceder a este.
Es fundamental que los gobiernos empleen sus recursos en el
diseño de políticas en materia de salud que garanticen la cobertura universal
para todas y todos, sin discriminación alguna, a servicios integrales adecuados
a las necesidades de la gente, oportunos, de calidad y asequibles. Esto nos
llevará a reestructurar nuestro sistema desde sus entrañas, debemos entender
que la mejora claro que debe de estar en la cantidad, pero sobre todo
garantizar que esa cantidad sea con rigurosos estándares de calidad y
profesionalismo. Se debe comprender que la salud es un derecho constitucional y
humano, y cuando se deje de ver la salud como un negocio, dejará de ser un
privilegio.
“Instituto Nacional de Salud Pública, M." (2010). Sistema
de salud de México. Recuperado el 31 de Agosto de 2020, de
https://saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/5043/10023#:~:text=%C2%BFCon%20qu%C3%A9%20infraestructura%20y%20equipo%20se%20prestan%20los%20servicios%20de%20salud%3F&text=Del%20total%20de%20hospitales%2C%201,la%20poblaci%C3%B3n%20con%20seguridad%20so
ONU. (09 de Julio de 2020). Noticias ONU. Recuperado el 31 de Agosto de 2020, de COVID, América Latina, OMS, récord de calor: https://news.un.org/es/story/2020/07/1477201
[1]La
atención de pueblos indígenas y afromexicano ante el COVID-19, en lenguas
indígenas.
SECRETARIA DE SALUD FEDERAL 2020.
Recuperado De: https://www.gob.mx/busqueda?utf8=%E2%9C%93#gsc.tab=0&gsc.sort=&gsc.q=articulos%20covid%20pueblos%20indigenas
Comentarios
Publicar un comentario