Eduardo Antonio Sánchez González
Con la llegada del SARS COV 2 (COVID-19) y su rápida propagación a nivel mundial los gobiernos en sus diferentes ámbitos y una inmensa cantidad de actores han puesto toda la atención en el tema, algunos con el objetivo de crearse una imagen o cierta popularidad respecto al tema ya sea para el bien común y por el caso antagónico quienes miran por sus propios intereses utilizando el acontecimiento de la pandemia como medio para llegar a sus objetivos.
La capitalización política de los acontecimientos y la imagen transmitida con base en ello adquiere un gran impacto político, resulta ser una estrategia usada en los candidatos electorales y los gobernantes, dicha capitalización actualmente está siendo usada en las diversas redes sociales en tiempos de contingencia donde debido al aumento de usuarios en redes sociales el mensaje e imagen llega a más receptores donde frecuentemente la verdad es la que entiende “B” de “A” en relación a como se presente la información.
Sin embargo, desde otra postura esto es controversial y poco profesional, los gobernantes deben enfocarse en la gestión de su administración y los candidatos en sus propuestas antes que hacer publicidad absurda para agradar a las masas con temáticas de los acontecimientos vigentes, hace falta una manera de hacer política sin manipular a la población y con candidatos mejor preparados.
Capitalizar un acontecimiento o un momento específico está dentro de la cotidianidad y naturaleza misma del ser humano como una manera de hacer política consciente e inconscientemente, inclusive aquellas personas que se consideran “apolíticos” en realidad fomentan un tipo de política, la política que genera desempleos, inseguridad, etc.
Por otra parte tenemos los gobernantes que nos merecemos, mientras no exista participación ciudadana ni interés en la gestión de la administración pública, las iniciativas y propuestas, etc. Es imposible que avancemos como sociedad hacia una “buena ética y moral política”
Dentro de la política la imagen es una característica de suma importancia, capaz de determinar el posicionamiento político de algún candidato, la imagen que nos transmiten normalmente tiene un fin y es comprar la idea de que aquella persona o partido nos representa, nos entiende, le preocupan los mismos problemas que a nosotros, prácticamente intentan conectar con nuestras emociones, sentimientos e intereses, una vez que nos venden la idea y nos hemos sentido identificados es muy probable que esto desemboque otorgándoles nuestro voto.
Tomando en cuenta que la imagen resulta ser un factor de suma
relevancia y determinante tanto para el posicionamiento político e inclusive
para el desprestigio como suele verse en periodos de campaña donde la imagen
que se construye hacia las oposiciones suele imperar dentro de la guerra sucia
en el contexto político electoral.
Comentarios
Publicar un comentario